Educación emocional en clase

La educación emocional es un proceso que busca el desarrollo y regulación emocional a través del conocimiento y desarrollo de habilidades para afrontar retos o situaciones adversas, con el principal objetivo de mantener el bienestar personal, mejorar la comunicación con otros así como lograr un mejor entorno social.

 

La enseñanza de la inteligencia emocional en el aula adquiere cada vez mayor relevancia en la formación de los estudiantes en todas las escuelas del mundo. Se ha fomentado el interés en formar competencias y habilidades blandas, más allá de la enseñanza clásica de las competencias de orden cognitivo. 

De hecho, numerosos estudios aseguran que un mayor cociente emocional y un mayor autocontrol son mejores indicadores de éxito académico que el cociente intelectual. En consecuencia, los alumnos con mayor desarrollo de inteligencia emocional tienden a adquirir mayores oportunidades de éxito profesional y personal, así como una menor probabilidad de ser víctimas de adicciones o de tener comportamientos criminales o de riesgo.

Algunas estrategias para estimular el desarrollo de la Inteligencia Emocional en los alumnos son:

  1. Permitir a los alumnos la expresión de sentimientos y emociones, como adulto, escuchar y expresar las propias. A través de actividades en el aula, por ejemplo:
  • “Noticias agradables y noticias desagradables”. En diferentes momentos del día y de la semana se recogen vivencias o experiencias que cuentan los alumnos, incluso las del propio docente, que tengan que ver con la escuela y el grupo clase.

El autoconocimiento y la autoconciencia, capacitan a los alumnos para saber qué está pasando y qué están sintiendo, son dos de los pilares fundamentales para desarrollar la Inteligencia Emocional. Se debe estimular la afectividad a través de la expresión regulada del sentimiento positivo y, más difícil aún, de las emociones negativas.

2. Mostrar que la persona con la que está tratando es importante. A veces las cosas más sencillas de hacer son las que mayor impacto causan en los demás: dedicar unos minutos sin mostrar que se está apurado por irse, escuchar con atención y comprensión. Practica en el aula, por ejemplo:

  • “El globo mensajero”: A primera hora de la mañana o cuando se crea necesario, los alumnos se sientan  formando un círculo y se presenta un globo en el que hay una expresión de alegría. Éste circula de mano en mano a la vez que pregunta: ¿Cómo te sientes? Se realiza la pregunta a medida que va pasando el globo, acompañando la pregunta con una expresión facial. Es posible que durante las primeras sesiones sean los educadores quienes realicen y contesten esta pregunta, mientras asimilan el vocabulario emocional como forma de expresión y comunicación: ¿cómo me siento?, ¿cómo te sientes?

3. Se debe tratar con especial énfasis la habilidad de resaltar los aspectos positivos por encima de los negativos y los objetivos alcanzados antes que las insuficiencias.

Consulta los siguientes enlaces para conocer más estrategias y prácticas de educación emocional a implementar con los alumnos. 

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